Desde el IS se destaca la naturaleza social del hombre. La finalidad principal de las investigaciones que se realizaron desde esta perspectiva fue el estudio d ela interpretación por parte de los actores de los símbolos nacidos de sus actividades interactivas.
En este sentido, en Symbolic Interaccionism, Herbert Blumer (1968) establece las 3 premisas básicas de este enfoque:
1. Los humanos actúan respecto de las cosas sobre la base de las significaciones que estas cosas tienen para ellos, o lo que es lo mismo, la gente actúa sobre la base del significado que atribuye a los significados y situaciones que le rodean.
2. La significación de estas cosas deriva, o surge, de la interacción social que un individuo tiene con los demás actores.
3. Estas significaciones se utilizan como un proceso de interacción efectuado por la persona en su relación con las cosas que encuentra, y se modifican a través de dicho proceso.
De estas premisas se extrae que el análisis de la interacción entre el actor y el mundo parte d euna concepción de ambos elementos como procesos dinámicos y no como estructuras estáticas. Así entonces, se asigna una importancia enorme a la capacidad del actor para interpretar el mundo social.
Los interaccionistas simbólicos conciben el lenguaje como un vasto sistema de símbolos. Las palabras son símbolos porque se utilizan para significar cosas, y hacen posible todos los demás signos.
.Uno de los conceptos más importantes dentro del IS fue el de self, propuesto por George Herbert Mead. En términos generales, el self ("sí mismo")se refiere a la capacidad de considerarse a uno mismo como objeto: el self tiene la peculiar capacidad de ser tanto sujeto como objeto, y presupone un proceso social: la comunicación entre los seres humanos. El mecanismo general para el desarrollo del self es la reflexión, o la capacidad de ponernos inconscientemente en el lugar de otros y de actuar como hablarían ellos. Es mediante la reflexión que el proceso social es interiorizado en la experiencia de los individuos implicados en él.
Por tales medios, que perimiten al individuo adoptar la actitud del otro hacia él, el individuo está conscientemente capacitado para adaptarse a ese proceso y para modificar la resultante de dicho proceso en cualquier acto social dado.
Mead identifica dos fases o etapas del self: el yo y el mí. El yo es la respuesta inmediata de un individuo a otro; es el aspecto incalculable, imprevisible y creativo del self. Las personas no saben con antelación como será la acción del "yo". El yo reacciona contra el mí, que es el conjunto organizado de actitudes de los demás que uno asume.